Podemos sentirnos afortunados de que Europa sea el continente en el que más esfuerzos se han hecho en lo que tiene que ver con la prevención de riesgos laborales en todo el mundo. Pero tampoco nos podemos dar la palmadita en el pecho indicando que no hay nada que no pueda ser mejor de lo que ya hay. Los trabajadores y trabajadoras europeas realizan su jornada laboral de una manera mucho más segura que hace un siglo, pero tenemos que seguir trabajando para que la mejora siga siendo algo real y que cada día siga trabajándose en evitar accidentes laborales e incluso fallecimientos.
Los servicios de prevención de riesgos laborales han ganado mucho impacto en los últimos años y también lo han hecho todas esas entidades encargadas de elaborar sistemas de prevención para los trabajos más peligrosos, por ejemplo los que se realizan en altura. Gracias a la evolución de este tipo de cuestiones, hemos conseguido que en los países de Europa se haya reducido la mortalidad en el trabajo de una manera significativa, algo que se había convertido en una de las necesidades principales de las sociedades de mediados del siglo XX. Se ha cumplido con, al menos, una parte de los objetivos que se planteaban entonces.
Y decimos que se ha cumplido con una parte del objetivo porque cumplir con el 100% de los propósitos equivaldría a que nadie hubiese muerto en su trabajo durante el año que se analizara. Y a eso todavía no hemos llegado. Una noticia publicada por la agencia de noticias Europa Press en su página web indicaba que Comisiones Obreras había denunciado que las muertes en el trabajo en Cataluña en 2020 habían aumentado en un 21% en comparación con los datos del año anterior. La verdad es que es un dato a tener en cuenta y que pone de manifiesto que todavía tenemos mucho trabajo por delante en lo que a prevención laboral se refiere.
Una de las grandes claves para la reducción de la siniestralidad laboral es la formación. Y es a través de esa formación como las empresas de la Unión Europea están desarrollando sus estrategias para luchar contra esa siniestralidad laboral. Nos lo cuentan los profesionales de Sermecon, que han hecho incidencia en la cantidad de entidades que se han puesto en contacto con ellos para desarrollar algún curso o actividad similar de cara a mejorar y potenciar los conocimientos de sus empleados en materia de seguridad laboral. Actividades como estas, sin lugar a dudas, evitan accidentes y salvan vidas.
Hay países de nuestro continente que hacen las cosas mejor y otros que las hacen peor. Por fortuna, en España no vamos mal en este sentido. Somos uno de los países en los que más ha crecido el número de profesionales dedicados a la prevención de riesgos laborales y donde también ha crecido en mayor medida la conciencia de la población al respecto de un asunto como la siniestralidad laboral. No en todos los lugares la mentalidad ha sido la misma.
Ojalá la apuesta por la prevención de riesgos laborales llegara al mundo entero
Es cierto que hay que poner de manifiesto que Europa es una referencia en materia de prevención de riesgos laborales y que debemos estar muy orgullosos y orgullosas de ello. Pero no podemos evitar pensar que las condiciones laborales y los datos de siniestralidad son realmente escalofriantes en otros lugares del mundo, especialmente en sitios como África, Sudamérica y hasta incluso en China, que ya presume de ser la primera potencia económica mundial. Y seguro que hay muchos otros sitios en los que las cosas no van mejor que en estos.
Para ilustrar esto, vamos a enlazaros a continuación una noticia publicada en el diario Público en la que se indica que, en 2020, la siniestralidad laboral causó más muertes que el coronavirus a lo largo y ancho del mundo. El dato de muertes es de 2,7 millones de personas. Si siguiéramos con estas cifras, en menos de 20 años habría desaparecido de la Tierra el equivalente a la población española solo por muertes durante el desarrollo de la jornada laboral. Es una verdadera desgracia contra la que hay que seguir aportando soluciones.
La aportación de la tecnología seguro que va a ser un gran baluarte para que siga creciendo la protección de los trabajadores y trabajadoras y para que se reduzca la cantidad de accidentes y muertes en el trabajo. En ella confiamos para terminar con esta lacra que tantos males ha dejado a lo largo de la Historia de la Humanidad y que, desde luego, hace de la calidad del trabajo de la gente algo mucho más cuidado y, en líneas generales, mejor. Todo el mundo tiene derecho a ello.