Remodelando el local de mi negocio… y también mi propia casa

En una reforma o rehabilitación se encuentra buena parte de la clave para conseguir bienestar y eficacia. La palabra «bienestar» la relacionamos más con la rehabilitación o reforma del hogar, cuestión que es necesaria si queremos disponer de una casa o piso que se ajuste a lo que queremos. En cambio, en lo que respecta al vocablo «eficacia», lo podemos relacionar más con la reforma de un local comercial o una fábrica que permita bien que en un lugar se trabaje de manera más cómoda o bien que los clientes puedan realizar una compra más interesante y que pueda engloba runa cantidad mayor de referencias.

En mi caso personal, he confiado en la rehabilitación tanto en una cosa como en la otra… y de eso os voy a hablar en los párrafos siguientes. Como antecedentes, os diré que resido en una vivienda situada más o menos en el centro de la ciudad en la que vivo, una vivienda que en los últimos años se había quedado un poco anticuada. Por otro lado, también os diré que dispongo de un pequeño negocio dedicado a la venta de ropa de todo tipo, algo que realizo en un local comercial bien situado (puesto que también se encuentra en el corazón de la ciudad).

Dividiré este artículo en dos mitades (vivienda y negocio), empezando por este último como medio para transformar mi vida profesional y dejando para la vivienda el plano más personal.

Un negocio mucho más orientado al cliente

Necesitaba la reforma del local comercial en el que trabajo porque veía cómo las ventas habían venido bajando en los últimos años. Necesitaba un toque más moderno y una redistribución de los espacios para poder disponer y organizar de manera eficaz más prendas y ofrecer de ese modo una variedad como la que mis clientes merecen. Contacté para llevar a cabo el proyecto a Construalia, especialistas en la construcción de proyectos residenciales y comerciales, y fueron conscientes desde el primer momento de que el espacio comercial es lo que más incidencia tiene en la imagen de la marca y en la identidad de la misma.

La verdad es que el proceso fue idóneo para mis intereses. Me acuerdo que les indiqué que tenía la necesidad de que la reforma se produjera de una manera rápida para no tener que permanecer cerrado al público durante demasiado tiempo. No hubo problema. Decidí acometer el proyecto en el mes de agosto porque es cuando menos gente hay en la ciudad. Tampoco hubo ningún problema. Por tanto, hacia finales de ese mes ya tuve mi local comercial preparado para una nueva etapa. Mejor distribuido. Con más luz. Más cómodo para mis clientes. Y con más prendas para que tuvieran la oportunidad de elegir qué es lo que querían.

El resultado fue el que había esperado desde un principio. En cuanto anuncié que la tienda se reabría a finales de agosto, empecé a tener a mucha gente preguntándome cosas a través de los perfiles oficiales del negocio en redes sociales. Y, cuando se reabrió el local, tuve una verdadera avalancha de gente que no solo hizo que aumentaran mis ventas, sino que también fue expandiendo mi imagen al hablar bien de mi negocio y del tan positivo cambio que había dado a lo largo de aquellas semanas de reforma. El objetivo que yo perseguía en un principio, por tanto, había sido cumplido.

Han pasado algunos años desde entonces y la verdad es que la cosa sigue igual de bien. La reforma de la tienda no solo ha propiciado que hubiera un boom de clientes durante los primeros días tras la reapertura, sino que la cantidad media de personas que compran algo en mi local crezca de manera sostenida en el tiempo y que, por tanto y en líneas generales, mi negocio sea más rentable que antes. Por tanto, puedo concluir que la decisión que tomé fue positiva y que he salido muy beneficiado de ella. Así me lo ha reconocido todo el mundo con quien he debatido y comentado el asunto.

Viendo el éxito de mi negocio… me lancé a reformar mi vivienda

Antes os comentaba que mi vivienda se situaba en el centro de la ciudad en la que vivo y que se encontraba un tanto anticuada. Era obvio, lo llevaba siendo desde hacía años, que necesitaba una reforma que hiciera de ella un sitio mejor para mi mujer e hijos. Y la verdad es que, viendo el éxito que había tenido la reforma de mi negocio y que los especialistas que habían acometido la reforma también lo eran en rehabilitación de hogares, no tuve la menor duda de ponerme en contacto de nuevo con ellos para plantearles el proyecto. Fue el primer paso de una vida todavía mejor en el hogar.

La verdad es que nos encontramos en un momento ideal para reformar o rehabilitar una vivienda. Atended a este artículo que enlazamos a continuación y que procede de la web de Idealista. En él, se señala que las deducciones fiscales a la rehabilitación de la vivienda se mantenían de cara al año 2024. La Unión Europea ha estado siempre muy pendiente de la necesidad de rehabilitación que tienen muchos de los edificios de sus países. Tengamos en cuenta que buena parte de su territorio tuvo que ser reconstruido a mediados del siglo pasado, después de conflictos como la II Guerra Mundial o la Guerra Civil española. Han pasado muchas décadas desde entonces y es hora de que los edificios que se levantaron entonces se rehabiliten.

En mi caso, las cosas fueron perfectamente. Se corrigieron los aspectos más necesarios para garantizar la seguridad de la vivienda y, por otro lado, también apañamos algunas cosas que creíamos que nos podían proporcionar mejor calidad de vida. La reforma duró algunas semanas, pero las molestias ocasionadas por el proyecto fueron mínimas. En cuanto todo estuvo terminado, nos dimos cuenta de que nuestro día a día iba a cambiar para bien porque, ahora sí, disponíamos de la casa que toda la familia se merece y de la que, a buen seguro, íbamos a poder disfrutar al máximo. ¿Acaso hay algo que merezca más la pena que eso a día de hoy?

Desde luego, algo está claro: nuestra rutina en el hogar es muy cómoda hoy en día. Y ya solo eso hace que sintamos que la inversión realizada fue la mejor posible. Solo tenemos que pensar en cómo estaría nuestro hogar ahora mismo si no hubiéramos acometido un cambio como del que os he hablado y que tanta influencia ha tenido en nuestra vida. A fin de cuentas, una vivienda también es sensible al paso del tiempo, como las personas, los coches, los árboles, los animales y todo aquello que nos rodea. Por tanto, requiere del mejor apoyo para intentar ir desafiando el paso de los años.

Llegamos a valorar, antes de decidir rehabilitar la vivienda, mudarnos a una nueva. Tal y como desvela esta noticia que os dejo enlazada del diario El País, la construcción de casas nuevas crecía al mayor ritmo en 16 años durante 2024. El caso es que tomamos la vía de la rehabilitación primero porque nos salía mucho más barata y, segundo, porque una vivienda nueva no nos ofrecía la excelente ubicación que tiene la casa en la que seguimos viviendo. Y, para nosotros, eso era muy importante de cara a estar cerca de facilidades de todo tipo, como hospitales o supermercados, y no tener a demasiada distancia nuestros centros de trabajo.

La vida es hoy algo mucho mejor tanto mi familia como para mí… y lo es en todos los sentidos. Por un lado, mi familia dispone, al igual que yo, de una vivienda en la que puede vivir con la mejor de las garantías y la máxima de las comodidades. Y, por el otro, en mi caso no solo dispongo de esa vivienda, sino que también tengo un negocio recién remodelado, que cuenta con una fantástica imagen de marca y que convence a cada vez una mayor cantidad de clientes. Ya no solo es que sea un negocio de presente, es que tiene todos los elementos para continuar funcionando y creciendo de cara a los años que están por venir. Y eso es lo que más tranquilo me deja.

A veces, remodelar lo que tenemos, repensarlo todo desde otro punto de vista, es lo que nos ayuda a salir adelante. Lo hemos visto en muchos ámbitos de la vida y el que os he traído en este artículo es uno de ellos. Los espacios en los que vivimos o trabajamos dicen mucho de quiénes somos y las aspiraciones que tenemos de ser felices. Así que conviene tener en cuenta todo lo que esos espacios nos demanden. Si les escuchamos, esa felicidad estará mucho más cerca de ser conseguida. Y creo que ese es el mejor consejo que os puedo proporcionar. No lo dejéis escapar, porque os aseguro que no os vais a arrepentir.

 

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