El cáncer de tiroides es más frecuente en la mujer

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de tiroides fue en 2020 el noveno cáncer más diagnosticado a nivel mundial, por delante de la leucemia, el de páncreas, el linfoma o el de vejiga. Cada año se identifican alrededor de 4.500 casos nuevos de cánceres de tiroides.

La tiroides es una glándula situada en la base de la garganta, con forma de mariposa y que libera diversas hormonas encargadas de regular la acumulación de grasa en nuestro organismo, la temperatura corporal, el rimo cardiaco y la tensión sanguínea. Este cáncer es más frecuente en la mujer, porque presenta una prevalencia 3 o 4 veces mayor que en el hombre, es decir, con 5 casos por cada 100.000 habitantes, sin embargo, la tasa en hombres ronda los 1,9 casos por cada 100.000.

«En el tiroides pueden aparecer bultos o nódulos, que pueden corresponder a tumores benignos (o no cancerosos) o malignos (cancerosos). El 95 % de los tumores tiroideos son benignos», informan los profesionales del Instituto Valenciano de Oncología (IVO). Se desconocen las causas aunque influye la edad, la radiación y una alimentación con exceso o escasez de yodo. Muchos estudios científicos han comprobado que muchos niños sufren este tipo de tumor debido a la radiación de armas nucleares o accidentes en plantas energéticas.

Los síntomas del cáncer de tiroides

Los síntomas son los siguientes:

-Cambios en la voz.

-Inflamación del cuello.

– Dificultad para tragar.

-Una bola en el cuello.

-Dolor continuo en el cuello y en la garganta.

-Nódulos linfáticos inflamados en el cuello.

Tipos de cáncer de tiroides

Los cánceres de tiroides diferenciados son los que tienen lugar en células de la tiroides y producen hormonas tiroideas. Dentro de esta clasificación existen tres subgrupos:

Cáncer de tiroides papilar: No se trata de cánceres agresivos y se suele dar en personas con edades comprendidas entre los 30 y los 50 años.

Cáncer de tiroides folicular: Es un cáncer raro y el grupo de población más afectado por este cáncer son las personas mayores de 50 años.

Cáncer de células de Hürthle: Es un cáncer agresivo que tiende a expandirse por el cuello y otras partes de organismo de forma rápida.

Cáncer de tiroides poco diferenciado es un cáncer agresivo y no responde a los tratamientos habituales. Existen tres grandes grupos:

Cáncer de tiroides anaplástico: Este cáncer suele aparecer en personas mayores de 60 años de edad. Es muy peligroso y se reproduce con rapidez.

Cáncer medular de tiroides: Es el que afecta a las células que producen una de las hormonas, la calcitonina.

(denominadas células C): Este crecimiento provoca que los niveles de esta hormona en el torrente sanguíneo aumenten de forma desproporcionada.

Existen otros tipos como el linfoma de tiroides o el sarcoma de tiroides, pero son muy poco frecuentes.

Diagnóstico del cáncer de tiroides

Los médicos realizarán las siguientes pruebas:

Examen físico: Consiste en la palpación del cuello, en busca de algún bulto.

Análisis de sangre: En esta prueba puede comprobar si los niveles de las hormonas T3, T4 o calcitonina son anormales.

Pruebas de imagen: Si las pruebas anteriores apuntan a un tumor tiroideo, es necesario realizar una ecografía, aunque también se pueden realizar resonancias o TAC.

Biopsia: Se extraerá una pequeña muestra de tejido para analizarla en el laboratorio.

Diagnóstico por imagen con marcadores radioactivos: La tiroides absorbe algunas sustancias que pueden tener isótopos radioactivos, con una cámara especial que detecta la radiación, el especialista puede ver qué zonas de la tiroides absorben este isótopo y cuáles no.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento depende del tipo de tumor y el estadio en el que se encuentre. En algunos casos, como el de los microcarcinomas papilares no es necesario realizar ningún tipo de tratamiento, porque el tumor es poco agresivo.

Se realizará una vigilancia, es decir, entre 2 y 3 análisis de sangre y ecografías al año. Aunque si el tumor crece es aconsejable una cirugía para eliminar las partes afectadas por el tumor, aunque en casos graves es mejor la extirpación completa de la glándula tiroides.

Otro tratamiento es la terapia hormonal tiroidea para suprimir el crecimiento de las células cancerosas de la tiroides. También se puede optar por el yodo radioactivo, aunque este tratamiento solo suele realizarse en determinados tipos de cáncer de tiroides diferenciados.

Otros tratamientos son la ablación por alcohol, que consiste en la inyección de etanol en tumores pequeños. Aunque si el cáncer se encuentre en un estadio más avanzado, se puede recurrir a la radioterapia o quimioterapia.

Es aconsejable administrar tratamientos de destrucción de células cancerosas por calor y frío, cuando el cáncer se haya expandido hacia los pulmones, el hígado o los huesos.

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