Nos ha tocado vivir en una época de la evolución en la que cada vez viajamos más al extranjero, ya sea por trabajo, por ocio o por necesidad. Si bien es cierto que nuestros antepasados ya emigraron, en muchos casos, para poder trabajar y mejorar su situación económica, la realidad es que ahora esto también está sucediendo puesto que más allá de España, en gran parte de los países de Europa, los sueldos son notablemente más altos que los que aquí tenemos, por lo que no es de extrañar que los más jóvenes den el paso y decidan irse al extranjero. Es por ello por lo que cada vez nos encontramos más estudiantes erasmus o por lo que cada vez nos encontramos más personas que deciden invertir sus ahorros en una buena educación en una universidad o colegio de un país de primer nivel educativo. En la actualidad estas salidas al extranjero se hacen de una forma diferente a como se hacían antaño, donde nuestros mayores iban, por ejemplo, a Suiza o a Alemania sin siquiera conocer el idioma, mientras que ahora, al menos muchos de ellos saben inglés, idioma con el que se defienden a su llegada al nuevo país.
Este cambio de mentalidad del que os hablamos, esta europeización de la educación hay que cogerla con alfileres, dado que si bien es cierto que seremos bien recibidos en el país al que vayamos, la realidad es que no todas las carreras estás homologadas en los lugares de destino, por lo que se puede dar el caso de tener que hacer cursos o exámenes para lograr las equivalencias de titulación. En concreto, en la Unión Europea no existe el reconocimiento automático de los títulos académicos. Eso significa que, para obtener el reconocimiento de tus estudios o tu titulación en otro país miembro en el que quieres continuar estudiando, tendrás que seguir su propio procedimiento nacional. Si ya sabes que más adelante te interesará completar tus estudios en otro país, es importante que compruebes antes de nada que se reconozca tu titulación. Esto se debe a que las administraciones de los países de la Unión Europea siguen siendo responsables de sus sistemas educativos y son libres de aplicar sus propias normas, que entre otras cosas contemplan el reconocimiento o no de los títulos obtenidos en el extranjero.
Sin embargo, cabe recordar que esto sólo se refiere al reconocimiento de cualificaciones académicas. El reconocimiento de cualificaciones profesionales entre países de la Unión Europea, es decir, de las formaciones que permiten ejercer profesiones tales como auxiliar de enfermería o abogado, se rige por normas diferentes. En este sentido, un vigilante o un profesional de la seguridad tan solo tendría que ir a convalidar su formación al país de destino para poder trabajar en él, lo cual le abriría las puertas a conseguir un puesto de trabajo en cualquier lugar de Europa con tan solo llevar a cabo un trámite administrativo. En este punto están muchos de los profesionales que se dedican a la vigilancia de explosivos o de personas, quienes ven como sus compañeros del extranjero poseen un sueldo más elevado. Es por ello por lo que si vosotros queréis formaros para hacer carrera en otros lugares de Europa, nosotros os recomendamos que os paséis por la Academia Marín, donde os prepararán para poder superar todas las pruebas exigidas y lograr la tan ansiada titulación que os habrá la puerta a trabajar en cualquier punto del viejo continente, eso sí, siempre teniendo en cuenta que se ha de llevar a cabo el trámite administrativo de cada país, dado que no se trata de un procedimiento automático.
El programa Erasmus, una puerta abierta para los estudiantes europeos
Creado en el año 1987 y contando ya con más de 30 años de historia y cientos de vivencias, el programa Erasmus es uno de los más aplaudidos en toda Europa y es que permite a los estudiantes de todos los países miembros poder cursar un año de sus estudios superiores en una universidad de otro país comunitario. Además, el programa cuenta con una serie de objetivos que podemos resumir en los siguientes puntos:
- Reducir el desempleo, especialmente entre los jóvenes.
- Fomentar la educación de adultos, especialmente en las nuevas competencias y cualificaciones exigidas por el mercado laboral.
- Animar a los jóvenes a participar en la vida democrática de Europa.
- Apoyar la innovación, la cooperación y las reformas.
- Reducir el abandono escolar prematuro.
- Promover la cooperación y la movilidad con los países asociados de la UE.