Si queremos mantener nuestro cuerpo sano y nuestra piel joven y bella a pesar del paso de los años, una de las primeras medidas que debemos aplicar es la de depurar nuestro cuerpo del cúmulo de residuos tóxicos dentro de nuestro organismo, derivados de la ingesta de alimentos no apropiados y de largas y copiosas digestiones.
Causas del envejecimiento de la piel: carga tóxica y estrés oxidativo
Muchos científicos apoyan que una de las causas principales del envejecimiento es el estrés oxidativo: los radicales libres, causados por el estrés oxidativo, pueden dañar el ADN, grasas y proteínas en el cuerpo, derivando en envejecimiento prematuro.
Estos radicales libres son estas moléculas subproducto del metabolismo, las cuales son extremadamente reactivas en el cuerpo. Sin embargo, cuando el cuerpo está en equilibrio es capaz de reparar rápidamente cualquier daño causado por ellos.
Pero, si nos entregamos constantemente a hábitos poco saludables como un consumo excesivo de azúcar, alimentos procesados con abundantes aditivos químicos, el alcohol, fumar o el ejercicio físico prolongado y en exceso, pueden desequilibrar nuestro cuerpo, impidiéndole que trabaje restaurando el daño provocado por los radicales libres.
Así, el estrés oxidativo no solo envejece tu piel y apariencia externa, sino que también deteriora las células internas del cuerpo, llegando a situaciones de enfermedades degenerativas como el cáncer o la arteriosclerosis.
La ingesta de vitaminas para prevenir el envejecimiento
Por supuesto, existen diferentes medidas que podemos tomar para prevenir que el estrés oxidativo haga de las suyas con nuestra piel y nuestra salud. Por ejemplo, podemos comenzar a practicar hábitos de vida más saludables, como una dieta balanceada y la práctica regular de algún tipo de ejercicio físico.
Además, también podemos incluir entre esos hábitos la ingesta de ciertas vitaminas que ayuden al cuerpo a combatir el envejecimiento. Por ejemplo, aquellas que tienen un efecto antioxidante son particularmente efectivas, ya que nos ayudan a combatir los radicales libres antes de que provoquen cualquier daño a nuestras células, mientras que promueven una apariencia vibrante y juvenil.
Llegados a este punto, cabe acotar que siempre es mejor consumir los nutrientes comiendo vegetales, en vez de tomar tantas pastillas sintéticas, ya que nuestro cuerpo está perfectamente equipado con las “herramientas” necesarias para procesar y usar las vitaminas naturales que encontramos en los alimentos reales y no en cápsulas artificiales.
De hecho, también hay algunos estudios que han llegado a la conclusión de que no hay evidencia que justifique que tomar suplementos de laboratorio alargue la vida, como en el caso del estudio publicado en 2015 en The New England Journal of Medicine.
No obstante, si es verdad que existen ciertos suplementos necesarios en algunos casos, como la vitamina B12 en veganos y vegetarianos y la cada vez más necesaria vitamina D3. Además de los complementos hechos a base de alimentos reales y enteros que encontramos cada vez más en dietéticas y herbolarios, los cuales nos sirven como un seguro o garantía de estar tomando suficientes micronutrientes.
Funciones de las vitaminas para la piel
En pro de ayudar al estado de nuestra piel y nuestro bienestar general, el consumo de vitaminas juega un papel fundamental, ya que estas nos aportan los nutrientes que necesitamos para que nuestro organismo funcione perfectamente a nivel celular. Además que, el uso de complejos multivitamínicos nos ayuda a generar nuevas fibras que estructuran la epidermis.
Las vitaminas antiaging más importantes
Entre la gran variedad de vitaminas que podemos encontrar en el mercado, hoy en día, todas con beneficios y cualidades diferentes, el equipo detrás de TETRASOD, ingrediente clave en la lucha contra los efectos del estrés antioxidante, nos habla sobre las vitaminas con más propiedades antienvejecimiento, y que contribuyen de forma directa a mejorar el estado de nuestra piel y mantener su belleza natural.
Estas pasarán a ser nuestras aliadas para el cuidado de nuestra piel, sobre todo en el verano, la cual es una etapa complicada para la piel, que se ve más expuesta a los rayos solares y otros agentes externos como el aire acondicionado, culpables de los principales problemas de piel: irritación, sequedad, pérdida de flexibilidad, flacidez y manchas.
Antes de numerarlas, te recordamos que una alimentación equilibrada y rica en vitaminas es imprescindible para mantener una piel sana y luminosa, por lo que estas vitaminas también las podrás conseguir en ciertos alimentos:
Vitamina A
La vitamina A ayuda al cuerpo a recuperarse después de una exposición solar intensa y controla las posibles manchas en la piel. Además que contiene ciertos ingredientes antiedad, con lo que una dieta en la que se incorporen alimentos conocidos por su alto contenido también ayudará a evitar el envejecimiento prematuro y estimulará la producción de colágeno. Además, previene posibles infecciones cutáneas e hidrata en profundidad, evitando la descamación y la sequedad.
Los alimentos más ricos en vitamina A son: los vegetales de hojas verdes, como el kale, las espinacas o las acelgas, y otros como el kiwi, las fresas, el melón, los pimientos amarillos, zanahorias y tomates. Aunque también la podrás encontrarla en huevos y lácteos.
Betacarotenos
Son precursores de la vitamina A, ya que se convierten una vez dentro del cuerpo en retinol. Tienen la propiedad de fortalecer el sistema inmunológico y previenen la inflamación y daño celular provocado por situaciones médicas.
Los alimentos ricos en betacarotenos son: las zanahorias, boniatos, espinacas, col kale, pimiento rojo, albaricoque, melocotón y berros.
Vitamina B
Otra gran aliada para el cuidado de nuestra piel es la vitamina B. Esto gracias a su poder hidratante y reparador de la piel.
La vitamina B ayuda a reducir el acné y evita el enrojecimiento e irritación de la piel que se produce cuando nos hemos quemado. Es una vitamina esencial en el metabolismo celular, aportando máxima suavidad y elasticidad a la piel. Mejora la circulación sanguínea y posee propiedades antiinflamatorias y regeneradoras.
Los alimentos más ricos en vitamina B son: los lácteos, huevos, pescados azules como el atún y el salmón, carnes de ternera, pollo y pavo, legumbres, cereales integrales, frutos secos y levadura de cerveza.
Vitamina C
La vitamina C es básica en cualquier momento del año. Se le conoce como la vitamina del sol y ayuda a preparar al cuerpo fisiológicamente a las temperaturas muy altas, previniendo de esta forma los golpes de calor o exceso de sudoración. Ayuda a mantener la temperatura corporal a raya y su poder antioxidante favorece la producción de colágeno, protegiendo la piel del daño solar y los efectos de los rayos UVA. Además que estimula la producción de colágeno retrasando la aparición de arrugas y mejorando la firmeza de la piel.
Los alimentos más ricos en vitamina C son los cítricos como la naranja, el limón, el pomelo y el kiwi. También el perejil, el pimiento rojo o la papaya.
Vitamina D
Esta vitamina es fundamental para el cuidado de nuestra piel. Esto debido a que la vitamina D ayuda a que se mantenga fuerte y evita el envejecimiento de la misma. Mientras que, una carencia de esta puede conllevar la aparición de eccemas y sequedad en la piel.
Los alimentos más ricos en vitamina D son los pescados como las sardinas o el atún, al igual que los huevos.
Otro consejo es que aunque estemos dándole las vitaminas necesarias a nuestro cuerpo, de nada sirve si no estamos tomando suficiente sol y esto más bien nos puede llevar a un riesgo de deficiencia de esta vitamina tan importante.
Vitamina E
Esta vitamina juega un papel muy importante, en especial al combinarla con la vitamina C. Sus efectos antioxidantes tienen beneficios que ayudan a proteger la piel de la exposición solar, tanto antes como después de tomar el sol. La vitamina E además, funciona como un antihistamínico natural, reduciendo los efectos del asma y las alergias del buen tiempo. Hace un efecto barrera que protege de los radicales libres, principales agentes del envejecimiento. De acción regeneradora y protectora, mejora el sistema inmunológico y la circulación sanguínea. Y finalmente, contribuye a mantener la piel tonificada y elástica.
Los alimentos más ricos en vitamina E son los frutos secos, maíz, germen de trigo, aguacates, aceite de oliva virgen y los aceites vegetales en general. El tofu, las nueces y las espinacas son también representan una fuente importante de vitamina E, así como las carnes de cerdo, y los pescados grasos.
Vitamina K
Por su parte, la vitamina K ayuda con el coágulo de la sangre. A nivel estético, funciona como un aliado en la prevención de la aparición de una clara señal de envejecimiento, las ojeras permanentes, usualmente provocadas por capilares con derrames. También contribuye en la salud ósea, en la importante labor de prevenir la osteoporosis.
Los alimentos ricos en vitamina K son: vegetales de hoja verde oscuro, lechuga romana, brócoli y perejil.
4 Consejos para cuidar tu piel
Para tener una piel perfecta y saludable los expertos también recomiendan:
- Dormir las horas necesarias
- Beber mucha agua
- Ejercitarnos con frecuencia para ayudar a oxigenar la piel
- Evita fumar e ingerir alcohol