Los eventos nunca decaen. Celebrar todo tipo de fiestas y espectáculos es una de esas cosas que siempre viene bien. El caso particular de las bodas, no es una excepción. Al contrario, a pesar de que la mayoría de las bodas están abocadas a culminar con un divorcio, las personas se casan y no ponen limite a la celebración de sus nupcias. Tanto es así que hasta existen fiestas de divorcio. Para los fotógrafos profesionales, esto es una mina explotada y por explotar, puesto que, no hay boda que se precie sin el necesario reportaje fotográfico. Aun así, el filón se agota sin no existe innovación.
De ahí que el sector, haya incluido entre sus servicios, el de video. Contratar un reportaje de bodas sin videógrafo, ya no se lleva. Es más, el videógrafo es parte del tándem cuando se trata de reportajes de eventos. Aunque en este caso, vamos a hablar sobre el videógrafo de bodas y la importancia que ha cobrado esta figura en el sector.
En lo que a fotografía de bodas respecta, el sector se ha vuelto extremadamente competitivo. En los últimos años se ha producido un gran avance en lo que a creatividad, oferta y estilos respecta. La innovación en la manera de capturar esos instantes tan importantes para los conyugues y asistentes, es algo esencial para marcar la diferencia en el mercado. La inclusión de este tipo de videos de Boda en Barcelona en el reportaje fotográfico, contribuye a enriquecer el mismo y potenciar el trabajo del fotógrafo.
Conocer algo más sobre este profesional cada vez más demandado en todo tipo de bodas y eventos, puede ayudarte en la decisión de contratar sus servicios junto a los del fotógrafo si estás pensando en casarte. Si te interesa el tema, sigue leyendo y averiguarás todo lo necesario sobre el videógrafo o realizador audiovisual.
Inmortalizar el momento pero en movimiento
Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras. Como si otorgará la verdad absoluta a quien la observa y no hubiera más posibilidad que la plasmada. Desmintamos el mito y seamos sinceros: la fotografía miente más que habla. En una instantánea puede haber tanta sinceridad como mentira y no nos paramos a pensarlo. La imagen en movimiento, puede aportar información más certera sobre lo que sucede en el lugar y momento en el que se graba. Aunque este detalle, poco importa en un reportaje de bodas, sea en fotos o en video, puesto que la boda en sí, ya constituye todo un ornamento en el que la verdad se decora lo suficiente para que luzca.
Con los servicios de un videógrafo o realizador audiovisual, es posible capturar la intensidad del momento y la realidad del mismo. Pero veamos la diferencia entre estas dos profesiones, similares y diferentes a la vez. Un realizador audiovisual es como el director de cine, se ocupa de la imagen, los actores y la postproducción, pero no necesariamente poniéndose manos a la obra, puede ser simplemente el encargado intelectual sin utilizar la cámara. Por el contrario, el videógrafo, suele estar más ligado y cerca del mundo de los eventos que del cinematográfico. Se encarga de utilizar la cámara, realiza la postproducción y selecciona las tomas necesarias para montar el video. Ambos necesitan poseer conocimientos audiovisuales, aunque el videógrafo está vinculado directamente con la cuestión audiovisual de los eventos.
Su labor consiste en realizar videos de eventos de todo tipo, sobre todo bodas, producciones de moda o backstage. Cuenta con todos los conocimientos necesarios sobre fotografía, video y edición y se ocupa de todo el proceso de realización de un video. Desde la utilización de la cámara hasta la elección de tomas y la postproducción. Para realizar bien su trabajo, suele tener una reunión previa con el cliente, junto al que decide el estilo del video que quiere recibir.
Contar con los conocimientos necesarios de video ayuda a un fotógrafo profesional a avanzar en su carrera. Incluyendo este tipo de servicio con valor añadido, se diversifica la cartera y se puede llegar a más clientes. Se trata de una manera de estar al corriente con las diferentes estrategias de marketing digital, mundo en el que el video ocupa un lugar de gran importancia en el momento de interactuar con usuarios y clientes.
La combinación de fotografía con producción de video, permite aprovechar los conocimientos ya adquiridos previamente y, aplicarlos a una disciplina que posibilita abrirse a un mercado diferente, con clientes más exigentes que buscan otro tipo de servicios.
En según qué aspectos, la fotografía profesional, parecía abocada a su extinción. Por el contrario, gracias al mundo digital y las infinitas posibilidades que ofrece, la oferta se amplía y las posibilidades se multiplican. Aunque parecía que, concretamente en el sector de las bodas, la fotografía no podía avanzar en ninguna dirección que se alejara de lo clásico, con la videografía y la innovación en edición, no solo se enriquece el reportaje fotográfico que toda pareja de novios quieren tener, cuentan con unas imágenes grabadas con todo detalle, de ese momento inolvidable.
Si te gusta el video y te gustan las bodas, hazte videógrafo
Esta profesión no requiere demasiada complicación. Es un arte y los artistas siempre saben abrirse paso para encontrar su camino. Si el tuyo es el de grabar bodas y eventos, la videografía es tu lugar. Para inclinarse en esta dirección, hay que tener en cuenta unos aspectos que van a facilitar el recorrido de este interesante camino profesional.
Lo primero de todo, aparte de contar con los conocimientos necesarios, es hacerte con un equipo de vídeo que no sea un teléfono móvil de última generación, esto está muy bien, tiene mucha calidad pero no es muy profesional. Puedes optar por réflex o mirrorless, más livianas, portables y con estabilizadores de imagen y métodos de enfoque más completos.
Para completar ese maravilloso equipo adquirido, no pueden faltar las lentes. Lo más adecuado es contar con una variedad aceptable que cubra lentes de rango variable, con su versatilidad y lentes fijas con mayor luminosidad y mayor calidad de imagen. A estas, se le pueden añadir una lente macro, un teleobjetivo o un gran angular, en función de las necesidades.
¿Qué más necesitamos? Un buen equipo de sonido e iluminación. Una grabadora de sonido portátil y micrófonos, son asequibles y necesarios, puesto que permiten obtener las voces de los protagonistas con claridad. Para iluminar como corresponde, un monopié es imprescindible, puede ser con un cabezal hidráulico o fijo y siempre puede mejorarse con un trípode o estabilizador.
Hemos empezado la casa por el tejado y dejado a un lado la formación necesaria para ejercer esta profesión. Eso no quiere decir que no haya que mencionarlo. Evidentemente, puedes tener este maravilloso equipo y parecer un profesional, pero sin la formación necesaria, lo más posible es que ni el mejor equipo te proporcione los resultados deseados.
Para trabajar en este sector, hay que tener los fundamentos teóricos y prácticos necesarios. Aprender todo lo relativo a la fotografía, el storytelling, pensar en imágenes, saber manejar la cámara, los encuadres más adecuados, transiciones, etc. Lo ideal es prepararse por lo menos, realizando un curso que aporte todas las bases necesarias. Uno de ellos, puede ser de fotografía y postproducción, aunque la oferta en cursos de imagen es más que amplia. También puedes optar por realizar estudios superiores o ciclos formativos de formación profesional.
Como ya venimos diciendo a lo largo de este artículo, el videógrafo, es un profesional claramente orientado a eventos. De ahí que se trate de una profesión con muchas opciones laborales, la mayoría de ellas, relacionadas con las bodas, donde encuentra su filón. El sector de la imagen y el mundo de las bodas, han constituido en los últimos años un mercado creciente y en continuo auge que en lugar de decaer, pretende ir más allá. En continua evolución, la fotografía de bodas no ha tocado techo con la inclusión del videógrafo. Al contrario, sigue modernizándose y buscando nuevos enfoques.
Otra de las opciones donde mayor demanda de videógrafos existe es el mercado del backstage o detrás de las cámaras. Ese parte del mundo que no se ve y se encuentra detrás de la escena de las diferentes producciones, sean de moda o producto. En donde vemos todo lo que pasa antes de que veamos el resultado final que tanto gusta. Nos encanta ver las tripas de las producciones y comprobar cómo se cuece todo, con sus más y con sus menos. Así que, el videógrafo, se ocupa de realizar este tipo de videos, así como los denominados fashion films que son cada vez más demandados por las marcas y constituyen un gran nicho para desarrollarse como videógrafo profesional.
En definitiva, se trata de un sector en auge y una profesión que aúna técnica, talento y creatividad, para saber la mejor manera de capturar esas imágenes que hagan del reportaje de video, la esencia del evento. Cuando se trata de bodas, nada como saber que puedes revivir ese momento, una y otra vez, con toda la calidad de la imagen y el sonido de lo que fue ese gran día.