La Unión Europea ha sido un espacio ideal en el que vivir para muchos millones de personas. Y es que una de las cosas que nos ha reforzado como continente es la libre movilidad de personas entre diferentes personas de diversas nacionalidades. No cabe la menor duda de que esto es una tremenda ventaja a la hora de trabajar, de viajar y de, en definitiva, conocer ese continente tan bonito en el que vivimos y del que tan orgullosos debemos sentirnos. Europa es una referencia a nivel internacional. Y es que nadie ha podido fundar una entidad supranacional con libre movilidad de personas más grande que esta.
Es evidente que esto ha hecho posible que haya elementos comunes a todos los Estados miembros. Hay leyes que compartimos entre todos y esto, entre otras cosas, es lo que ha incentivado que muchas personas hayan tomado la decisión de conocer más en profundidad el continente en el que viven. Desde la existencia de la Unión Europea, está documentado que los españoles viajamos más a los países que forman parte de esta entidad. Y viceversa. También son más los europeos provenientes de otros países de la Unión los que visitan nuestros pueblos y ciudades.
Una de las cosas más curiosas en relación a lo que comentábamos en el párrafo anterior es que son muchos los europeos y europeas que visitan otros países de la Unión en coche. Está claro que esto no ocurre en todos los casos porque nadie va a ir de España a Suecia conduciendo un turismo, pero sí que se ha multiplicado el número de franceses, por ejemplo, que usa su coche para desplazarse a cualquier lugar de España o Portugal de vacaciones. La libre movilidad de personas se ha combinado en este caso con la libertad de organización que nos posibilita disponer de un coche.
En consecuencia, los europeos somos más dependientes de nuestro vehículo que en ningún otro momento de la historia reciente. Pero la manera de conservarlos no ha sido la misma en cada uno de los Estados miembros. Una noticia publicada en la página web Motor1 hablaba sobre la antigüedad de los vehículos en Europa y establecía que en Rumanía y Letonia suelen alargar más la vida de estas máquinas (incluso hasta los 16 años de media), mientras que en otros países como Luxemburgo o el Reino Unido (con 6’3 y 7’8 años de media, respectivamente) la tendencia es completamente diferente. En España, por cierto, la antigüedad media es de 11’9 años.
Basta con recurrir a datos como la facturación de los talleres mecánicos de Estados miembros de la Unión Europea para ser conscientes de los países en los que más se estira la vida de los vehículos. Y España es una de las naciones en las que más se produce esta casuística. Nos lo han comentado los profesionales de Reconstruidos Mober, que nos han destacado en una conversación reciente el aumento de los problemas de motor en los vehículos españoles durante los últimos años y que está directamente ligada con la avanzada edad de muchos de esos vehículos.
El coche es el vehículo de referencia también más allá de las fronteras de la Unión Europea
El coche es el vehículo más utilizado ya no solo por los europeos, sino también en otras muchas zonas del mundo. Su seguridad, su manejabilidad y la gran cantidad de avances tecnológicos que han mejorado sus prestaciones constituyen los principales argumentos para su uso por parte de los conductores. Además, cada año su uso está más extendido entre las personas de diversos países y edades.
Una noticia publicada por el portal web Economía Digital aseguraba que el parque total de vehículos que circulan por todo el mundo es de 1.200 millones, una cifra que además no para de crecer sobre todo gracias a un país como China, que acapara una cuarta parte de todos esos vehículos. España, por su parte, no está entre los países que más uso hace de estos vehículos, pero es algo que entra dentro de la normalidad puesto que el número de vehículos que existen en interior de un país va directamente relacionado con la población que este tiene.
Estamos plenamente convencidos de que el coche va a seguir siendo el vehículo de referencia. Es cierto que cambiarán cosas, sobre todo en el seno de la Unión Europea, porque se está promoviendo el uso de cada vez más coches híbridos o eléctricos para la mejora del medioambiente, un asunto para cuyo propósito la Unión está poniendo muchos recursos y esfuerzos y que es realmente necesario para conseguir que la degradación de nuestro planeta no siga creciendo, al menos, al ritmo tan vertiginoso al que lo ha hecho en los últimos años.