Nos encontramos en un momento en el que han cambiado muchos asuntos en lo que tiene que ver con nuestros edificios y ciudades. Hasta hace bien poco, la mejor técnica para hacer mejores nuestras ciudades era la de la construcción masiva de nuevos edificios. Es algo que hemos vivido sobre todo en un país como el nuestro y que hemos mantenido mucho más tiempo que los países que son de nuestro entorno. Así las cosas, mientras Alemania, Francia o Gran Bretaña ya apuestan por la rehabilitación de edificios, España se encuentra empezando en este sentido.
La rehabilitación es la mejor manera de conseguir un aprovechamiento pleno del espacio urbanístico y de ofrecer garantías de estabilidad al sector de la construcción. La llegada de la crisis económica en 2007 a España terminó con un modelo en el que solo construíamos edificios nuevos y en el que nos habíamos olvidado por completo de renovar los edificios a los que realmente les hacía falta un cambio primero para convertirse en habitables y segundo para evitar peligros que pudiesen suponer un problema de calado para nuestros ciudadanos.
Por suerte, las directrices de Europa en lo que tiene que ver con edificación han tenido grandes consecuencias en nuestro país. En concreto, un artículo que fue publicado en la página web Comunidad ISM informaba de que Bruselas estaba apostando por la rehabilitación de edificios, una rehabilitación que representa el 40% del consumo energético en un continente como el nuestro. No cabe la menor duda de que solo este dato ya es significativo. Los expertos europeos en una labor como la construcción ya nos han comentado que ha sido la apuesta por la rehabilitación de edificios la que ha permitido que el sector salga adelante tras la crisis.
Pero, ¿qué es lo que ha sido realmente necesario en la rehabilitación de edificios en nuestro continente? La verdad es que ha hecho falta un poco de todo, pero lo que sí es cierto es que hemos notado una necesidad más fuerte en lo que tiene que ver con los techos y las cubiertas de los edificios. Hay que tener en cuenta que muchas de las nuevas construcciones en buena parte de Europa (y sobre todo en lo que tiene que ver con cubiertas) se acometieron después de la II Guerra Mundial y que ya se van quedando viejas (superan los 70 años en la mayoría de los casos).
La rehabilitación de edificios, y más concretamente la apuesta por la sustitución de cubiertas, ha sido una de las cuestiones por las que más se ha apostado en toda Europa en los últimos años. Y es algo que, poco a poco, se está intentando implantar en nuestro país. Así es como nos lo dicen desde Cubiertas Estévez. Sus dirigentes nos han contado que cada vez es más habitual encontrarse con proyectos de rehabilitación de edificios en nuestro país y que, además, esta es una de las cuestiones que mejor le ha venido al sector desde que llegó la crisis económica.
Una inversión que es rentable
Todos los estudios económicos y los grandes especialistas del sector se han encargado de indicar que, a largo plazo, la rehabilitación de un edificio es la mejor operación que podemos realizar desde el punto de vista económico y también desde el punto de vista operativo. Porque rehabilitar, a final de cuentas, no solo suele ser más barato sino también lo más rápido. Y es que siempre es mejor modificar lo que no nos gusta o lo que consideramos peligroso que tirarlo todo y volver a empezar. Es algo que entra dentro de la lógica.
Como hemos comentado, en España parece que nos estamos empezando a dar cuenta de lo bueno que tienen estas cuestiones. Y, fruto de ello, se ha mejorado de una manera bastante importante la rentabilidad de un sector que ha estado en la UCI durante bastantes años. Ahora, además, es mucho más probable que, en el caso de que una nueva crisis nos ataque, encontremos la manera de prevenir y de mantener al sector y de que la situación no se convierta en insostenible, tal y como ha venido ocurriendo durante los años del desplome económico.
Teniendo en cuenta el tremendo peso que tiene la industria de la construcción en un país como el nuestro, está claro que hay que tratar de cuidarla lo máximo posible. Y apostar por la rehabilitación es una muy buena manera de hacerlo. Desde la Unión Europea se está viendo con buenos ojos este cambio que estamos ofreciendo y que tantas buenas noticias nos está dejando en los últimos tiempos. Y eso es algo que, como país, nos viene realmente bien para terminar de integrarnos en una supranación como en la que se está convirtiendo nuestro Viejo Continente.